Las Converse nuevas tienen un brillo especial, pero también pueden ser traicioneras. La lona con la que están fabricadas puede ser dura y difícil de amoldar. A veces, compramos un número con la seguridad de que es el adecuado y, tras la primera puesta, aparecen rozaduras y terminamos con un dolor de pies considerable.
Cuando ya es tarde para devolverlas, solo queda ensancharlas lo posible para ayudar a que el tejido de las Converse se adapte mejor al pie. Os damos una pequeña guía para conseguirlo.
Vamos a empezar con los trucos caseros de toda la vida. Si se ha mantenido su uso, es porque en ciertas ocasiones, funcionan. Si no es el caso, ya pasaremos al empleo de herramientas más específicas:
Si la zona de la zapatilla que más te molesta es la puntera, puedes intentar estirarlas mediante relleno. Así, con un poco de suerte, tus dedos conseguirán el espacio adicional que necesitan.
El gran método de las abuelas y seguramente el mejor para estirar la lona poco a poco sin forzar demasiado el material de las Converse.
Este método puede ser incómodo, pero funciona. La lona de las Converse se irá ensanchando poco a poco y de forma gradual, así que corres menos riesgos de pasarte y darlas de sí demasiado.
Los dos métodos anteriores nos gustan más ya que son menos agresivos y tienen menos riesgo. Sin embargo, aplicar frío o calor a la lona de las Converse también puede funcionar para ensancharlas.
Para aplicar frío, el método es sencillo: mete dos bolsas de agua con cierre hermético dentro de las zapatillas con cuidado de no llenarlas demasiado y mételas al congelador. Al congelarse, el agua se expandirá dentro de la bolsa que debería expandir la lona. Procura que la bolsa no pueda perder agua y mojar las zapatillas y no llenarla tanto como para que pueda romperse al congelarse.
Para aplicar calor, el clásico secador de pelo. Por supuesto, deberás tener mucho cuidado con no pasarte y deformar las gomas. Empieza por ponerte unos calcetines gordos y tus Converse rebeldes. Calienta las zonas de la zapatilla que te aprieten con el secador. Ve moviendo los pies y los dedos para hacer presión dentro de la lona y ayudar a que el material se adapte mejor a tu morfología. Una vez notes más confort, apaga el secador y no te quites las zapatillas hasta que no estén totalmente frías para mantener mejor su nueva forma.
Si tras probar todos los trucos caseros, tus Converse te siguen apretando y haciendo daño, no te rindas y las dejes cogiendo polvo en el zapatero. Existen herramientas de zapatero específicas para ensanchar zapatos: las hormas. Puedes comprar una y seguir las instrucciones del fabricante para usarlas, pero, por nuestra parte, te recomendamos que lleves tus Converse a un zapatero profesional para evitar un ensanche excesivo o incluso deformar tus flamantes Converse nuevas por error.